Los manteles son una de las prendas de la casa más difíciles de lavar pues los usamos muy a diario y si no sabemos cómo lavarlos bien, podemos desgastar el color rápidamente o no conseguir eliminar las manchas más difíciles. Te damos un par de consejos que pueden ayudarte en esta tarea:
- Manteles de diario: son de una mezcla de algodón y poliéster, por lo que se pueden lavar en un lavado de agua caliente (60º) sin problemas, sin temer que puedan encoger y así las manchas saldrán mejor. En cambio, si es algodón 100% debemos de tener cuidado con las temperaturas. Si tienes alguna mancha que aún resiste (tomate frito, colacao…) basta con aplicarle un spray antimanchas antes de meterlo y ¡listo!.
- Manteles de lino: este tipo de tela es mucho más difícil de limpiar y, además, teniendo en cuenta que muchas veces usamos estos manteles en cenas donde la probabilidad de que caigan productos como el vino tinto es muy alta. Nosotras lo que recomendamos es llevar el mantel a la tintorería, donde te lo van a devolver limpísimo, sin arrugas y con todas sus servilletas limpias y planchaditas, con el bordado bien a la vista. Evidentemente, esto cuesta dinero, pero es mejor incluir esa partida en el presupuesto de la cena, y así se ahorra uno muchos disgustos. Tampoco se hacen tantas cenas en las casas, como para arruinarse uno, y el mantel siempre estará perfecto para lucirlo.
Ahora, si te da pereza el proceso de lavar y planchar los manteles, siempre puedes recurrir a nuestros “Manteles resinados“, un pañito húmedo y ¡manchas fuera!