Esto significa que si no queremos, no tenemos que dedicarle demasiado tiempo a esta parte del ajuar.
En primer lugar, hagamos recuento de las mesas que tenemos, que casi siempre son :
¡A cada uno lo suyo! |
Para la mesa del comedor necesitas un mantel bonito, de esos que dejan a la gente helada cuando les invitas a cenar.
Los manteles bonitos bonitos, son los de hilo bordado. De esos seguro que hay en el armario de todas las casas, porque antiguamente, los ajuares buenos llevaban este tipo de mantelerías, de todos los tamaños, y con muchísimas servilletas : para la comida, merienda, cocktail.
Los más elegantes son siempre los blancos o naturales, y si son bordados con bodoques o con vuestras iniciales, más elegante todavía.
Pero también puedes optar por un adamascado de color, que los hay preciosos. En este caso, tendrás que fijarte que entone bien con la vajilla, porque luego, en la mesa, ya no tendrá arreglo.
Nota: En otro post, os contaré cómo lavar y planchar esos manteles.
Para la mesa de la cocina y la de centro, te recomiendo los manteles resinados, es decir, los manteles que no hace falta lavar a la primera manchita.
Son el descubrimiento del siglo XX!! Con que pases un pañito húmedo, es suficiente.
Manteles resinados de La LLave Hueca |
Adiós a las caras de disimulada angustia cuando alguien derrama vino tinto en la mesa: “No te preocupes hombre, que no pasa nada, eso se quita con vino blanco” Ja! Mentira, que te dan ganas de cortarle en trocitos; y no te digo nada, si el autor de tal catástrofe es tu marido…aarrrgghh!
- 1 mantel de hilo o adamascado con 12 servilletas mínimo.
- 1 mantel para la cocina, si es resinado, mejor. Si no lo quieres resinado, escógelo con algo de poliéster para planchar menos.
- 1 mantel para la mesa de centro.
- 6 mantelillos individuales. Si son 12, mejor.
Si quieres mantener el 2º plato caliente, pero sin que se haga más, mételo en el horno a 50º!
Gracias y hasta pronto.